Zulma Faiad: Barbierísima


El regreso de la gran vedette

"La Lechuguita" volvió a la revista como estrella invitada de Barbierísima

un género que brilló durante muchas décadas, pero que, además, fue un emblema de la calle Corrientes. Vedettes hubo muchas, pero hay nombres que quedaron escritos en la historia con letras de neón. Algunos nombres de la edad dorada de la revista son Sofía Bozán, Alicia Márquez, Susana Brunetti, Nélida Roca, Nélida Lobato y Zulma Faiad.

Hacía tiempo que Zulma no se subía al escenario para formar parte del género. El año pasado, Carmen Barbieri la invitó a integrar su nuevo espectáculo, precisamente con un cuadro que glorifica a la revista porteña y a cuatro de sus principales vedettes. Ella estaba en su oficina, como directora del Centro de la Mujer, en Vicente López. "Soy parte de la historia de este género. Lo sé. Tuve la popularidad más grande cuando recién cumplí 18 años. Don Carlos A. Petit, el productor más importante con el que trabajé, escribió Fantástica para mí... mucho más adelante, hice Escándalos , compartiendo cartel con Nélida Lobato. Tengo un montón de vida", afirma serena en una de las plateas del teatro Atlas, donde es la figura invitada de Barbierísima .

A los 18 años empezó su carrera como vedette en el Maipo, el templo de la revista porteña. Se hizo famosa inmediatamente y luego vino su apodo de "Lechuguita". Fue a pedirle un aumento al empresario Alberto González y se encontró con una respuesta desfavorable: "Acá la estrella no sos vos, es el Maipo". Ella lo miró sin preocupación, y le dijo: "Entonces, chau. Don Carlos [Petit] me lleva con él y me da un diez por ciento del valor de las entradas".

Ahora ese género que le dio gloria la volvió a convocar, y la misma Carmen Barbieri le rinde homenaje en su propia propuesta. "Conmigo Carmen es amorosamente impecable. Debuté en el Maipo con su papá [Alfredo Barbieri]. Su mamá me quiere mucho. Carmen tendría 8 años, y yo, 18, y venía a mi camarín a maquillarse. Tengo la imagen de esa Carmen. Esta Carmen que llegó a la meta hace tres años, que es estrella, para mí es la de ayer porque mantiene a esa misma niña. A las personas yo las miro con el corazón. En este momento, es la artista más importante de la revista", dice con sinceridad y sin formalismos.

MUCHO CAMINO DISFRUTADO

Ella lo admite: "Con la misma cara con la que te digo te amo, te puedo mandar a la mierda". Dicen que fue brava, pero charlar con ella es como estar en un remanso. Transmite paz y, en forma permanente, le agradece a la vida. Es una madraza. No para de hablar de sus hijas Eleonora -bellísima cantante- y Daniela, ni de su hermana Virginia, a quienes ama y consulta en cada cosa nueva que emprende. "Soy una persona que camina. Hay tres tipos de gente, la que camina, la que trepa y la que se arrastra", dice.

Pasó de ser la famosa "Lechuguita" a vivir en México durante ocho años cuando el famoso productor Manolo Fábregas le había ofrecido un contrato por 48 días. Se volvió por amor; se consolidó como comediante en la TV; cumplió su sueño de ser dirigida por Lía Jelín en una obra ( Rosa Fontana Peinados ); disfruta de su intimista programa de radio desde hace 23 años... Mucho camino disfrutado. "Sabés qué pasa... no puedo hacer algo si no lo disfruto a pleno. Pensé que ésta, tal vez, podría ser mi última revista, no lo sé... Y disfruto mucho cada aplauso, cada muestra de amor del público. Estuve trabajando los últimos años en la función pública y alejada del ambiente artístico, pero la gente siempre me siguió diciendo Zulmita, por la calle. Yo soy muy sencilla, muy sensible, familiera. Ahora extraño horrores a mis hijas y a mi perro. Fue la primera vez en mi vida que pasé las Fiestas sola", concluye.

UNA LUCHADORA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

En los últimos cuatro años se dedicó al trabajo social desde su puesto en Vicente López, específicamente en su lucha contra la violencia de género.

"Por suerte, las mujeres tienen mucho menos miedo. Pero me topé con casos terribles. De 25 años de violencia, con la ilusión de que ese hombre puede cambiar. Gracias a esas mujeres abrimos un lugar con 30 mujeres trabajando y un centro de tratamiento para comportamiento de hombres violentos. Nace de mujeres que querían recuperar a ese hombre para su familia. Es el único lugar y está en Vicente López", cuenta orgullosa. "Ahora que renuncié a ese puesto, voy a poner una ONG. Mi idea es seguir trabajando desde afuera y formar un buen equipo de gente. La violencia no para en este país. Indudablemente los argentinos seguimos siendo unos miserables. Tenemos mucho avance en tecnología y ciencia, pero como personas somos patéticos. Y si pretendés ser distinta, siempre hay un imbécil que sale a faltarte el respeto."

Ojalá los hacedores de Barbierísima escuchen algo de la lucha de esta primera figura en contra de la violencia de género y puedan "limpiar" de una vez por todas ese espectáculo de todos los mensajes misóginos, homófobos y violentos que contienen los libros de Santiago Bal.

Fuente: La Nación

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