Barbierísima y La revista de Buenos Aires


Las revistas que copan a Mar del Plata

“Barbierísima” y “La revista de Buenos Aires”. Carmen Barbieri y Moria Casán protagonizan el gran duelo de la temporada. Una comparación al detalle entre los dos espectáculos, sus producciones y sus divas.

Con sus diferentes estilos Carmen y Moria instalaron en Mar del Plata un duelo de estrellas y trayectorias.

El teatro es el territorio donde confluyen este verano las dos figuras. Ambas vienen de un año televisivo de gran exposición como jurados de ShowMatch (El Trece), con recorridos disímiles pero sostenidos. Y lo aprovechan al máximo.

A la par de la tele, Carmen generó Barbierísima, espectáculo que viene ensayando desde principios de este año, y que detonó luego del desliz de Santiago Bal con una de las chicas de la compañía, Ayelén Paleo. Esta situación se transformó en un leitmotiv del show. Incluso, Carmen convocó al elenco al cómico Beto César, su ex pareja. Y sumó a una leyenda como Zulma Faiad.

Por otro lado, Moria repuso La revista de Buenos Aires, que debutó este año en Capital. Luego del alejamiento de Reina Reech, Casán modificó cuadros e incorporó a Fátima Florez, imitadora mediática; y al transformista y actor marplatense Santiago Flores, uno de los artistas más aplaudidos de su revista en el Tronador. Además, siguen Raúl Lavié, con tangos y canciones, y el cómico Chiqui Abecasis.


BARBIERISIMA CARMEN

Carmen tiene nueve delicados cambios de vestuario en una revista de estructura clásica, por el orden y la dinámica de los sketches, coreografías, monólogos y climas que atraviesa en sus 24 cuadros. Barbierísima homenajea a los espectáculos franceses pioneros del género y trabaja, además, con la memoria de la revista porteña ya que incorpora a Zulma Faiad y la revaloriza como un ícono viviente junto a Nélida Lobato, Sofía Bazán y Nélida Roca. El fuerte de este show es la cuidada atención de los detalles, tanto en los trajes como en la escenografía. Barbierísima es la cuarta producción, y la última, que Carmen encara junto a Santiago Bal, ya que su intención en el futuro es aggiornar el libro y el humor de su propuesta. Sin embargo, la figura del “ex” se convierte en una presencia ineludible, un personaje más, desde el comienzo, cuando ella canta “una mina sin pudor, un hombre sin valor”, en referencia al affaire con Ayelén Paleo. Pero cabe recordar que el texto de la canción corrió por cuenta del propio Bal. Entonces, la apuesta es entregarse como espectador al juego de humor sobre la infidelidad y el fin de esta pareja. Y también valorar el modo en que Carmen busca la complicidad femenina como una heroína que, pese a los reveses, sigue adelante con entereza y humor. Sobre esta base se arma una constelación que suma a un “galán maduro” como Germán Kraus; al cómico Beto César, que logra puntos altos de comicidad en sus monólogos y en el sketch junto a Carmen, donde interpretan a Cristóbal Colón y su esposa.

Pese al buen nivel de las actuaciones, y la excelente calidad de materiales utilizados en la puesta, la revista adolece de un libro endeble, algo que la diva ya decidió modificar. Hay, a lo largo de las dos horas y media que dura la revista, infinidad de apostillas, como los periodistas de espectáculos que inventan noticias, también la participación de la chilena Adriana “la leona” Barrientos, que no habla demasiado, pero agradece al público argentino el espacio para desplegar sus cualidades (?) junto a su gesto, disparado a repetición de martillo neumático, que consta de sus dedos retraídos en forma de garritas. También logra un lugar destacado, por el afecto que recibe del público, Zulma Faiad. Sobre el final, Barbierísima larga un mensaje conciliador para los colegas de cartelera: “ojalá todos disfrutemos del éxito.”


LA REVISTA DE BUENOS AIRES

En su camarín Moria previene, minutos antes de la función, que lo suyo en escena es un “shock emocional”. Y no sólo eso sino que además traspasó a “la vedette” para devenir un híbrido “mezcla de predicador y rockstar.” Entonces, a buscar banquina para ver pasar durante un par de horas los vagones de un tren descarriado tripulado por una artista que, de la improvisación y el contacto con el espectador, nutre un dínamo extraordinario y sórdido de la palabra. Esgrime, la Casán, una labia tonificada y barre lo que tiene enfrente. Y este ritmo tiene punzantes bemoles como “quieren hacer pasar a Santiago Bal como un Latin Lover ¡Por favor, mi ammmor! Si Santiago Bal es un cúmulo de errores: tiene el pelo verde, papada y se la tiene que buscar con GPS“

Bizarra y desbordante, La revista de Buenos Aires es un espectáculo compacto, en parte, por el rodaje que tiene encima y, también, debido a la inteligente estrategia de Moria para potenciar sus fortalezas. El show agiliza la estructura de sus cuadros coreográficos, sketches, y monólogos para tomar al público como verdadero protagonista. No existe la cuarta pared. El espectador es recibido en las escaleras del Tronador por un transformista, doble de riesgo de la Casán, y maestro de ceremonias, que lo guía hasta la sala. Allí, sin aviso, a luz de sala, comienza el show a telón abierto con una situación de falso backstage protagonizada por Rubén Orlando (!) junto a Stefania Xipolitakis (la más audible de las mellizas) y Andrea Rincón (y nalgas recién tuneadas que contornea con impunidad veraniega). Ellos le dan pie al rosarino Chiqui Abecasis, pilar del espectáculo junto a Raúl Lavié, quien apuesta al efecto introspectivo con un repertorio que incluye A mi manera y Honrar la vida.

Lo de Moria rockstar... va en serio. Desciende al escenario en un sillón rojo, con respaldo en forma de “M”, acompañada por acordes de Kiss. Baila Believe y comienza un ida y vuelta con el público que termina con algunos de ellos en el escenario. Su otra aparición es el “monólogo del culo”, más formal pese a su título, que muestra a una Moria recatada. La Revista de Buenos Aires no tiene demasiadas plumas, sólo surgen en el clásico saludo final del elenco sobre una escalera de doce escalones, que la diva no baja, ya que desciende en otra plataforma, como recién llegada de un planeta donde, indudablemente, es reina.

Fuente: Clarín

Comentarios

Entradas populares de este blog

Andrea Gilmour

Susana Torres Molina: Estática

Chamé Buendia: Last Call-última llamada